¿Qué estrategia debe plantearse el inversor para la segunda mitad de año?

27/07/15 - Noticia Fondos de inversión y Sociedades

Estamos viviendo un 2015 tremendamente interesante, tal y como esperábamos a principios del año. El índice Ibex-35 alcanzó su punto culminante en el ejercicio a mediados de abril con un 15 por ciento de revalorización desde principios de año, impulsado por el inicio efectivo de las medidas de expansión cuantitativa del Banco Central Europeo y por los datos macro y de sentimiento que en España reflejan una fuerte recuperación económica y que en Europa nos lleva a esperar una evolución positiva en la segunda parte del año.

Desde ese punto álgido el mercado ha perdido prácticamente todo el terreno ganado marcando su punto mínimo el pasado 7 de julio, muy afectado por el riego real de salida de Grecia del euro (el famoso Grexit) y la caída abrupta del mercado bursátil chino que ha reavivado la incertidumbre sobre la sostenibilidad del crecimiento chino en el medio plazo y una más que probable desaceleración en mayor o menor medida del gigante asiático.

Si algo hemos de tener en cuenta en la evolución de este ejercicio son dos elementos, el fuerte incremento de la volatilidad (que ya esperábamos a finales del año pasado) y por otro lado el fuerte incremento de los flujos de entradas de capital en la eurozona procedentes de los mercados norteamericano y británico ante el más que previsible agotamiento (al menos monetario) del mercado estadounidense.

Ambos elementos, sobre todo el de la volatilidad, representan para March AM una excelente oportunidad y no un riesgo. Nuestra filosofía de inversión no se centra en absoluto en la selección de compañías por criterios macroeconómicos, sectoriales o geográficos «top-down» sino en la pura selección de compañías «bottom-up» siguiendo una estricta metodología de selección basada en criterios «value» y con un horizonte de medio/largo plazo. Para nosotros ese criterio «value» se traduce en la elección de, por este orden, buenas compañías, con un equipo directivo razonable, con un buen modelo de negocio que genera ventajas competitivas sostenibles (reflejadas en el poder de fijación de precios y márgenes) y a un precio razonable que se refleja en un descuento (o margen de seguridad) de al menos el 20-30 por ciento con respecto a nuestra valoración objetivo de cada compañía. Nunca elegimos compañías ni fijamos su peso en nuestra cartera por la presencia o importancia de la misma en un determinado índice de referencia sino por nuestro grado de convicción en la misma y por el mayor o menor potencial de revalorización que descuenta el precio actual. Por tanto, esa mayor volatilidad vivida a lo largo del año representa para nosotros una buena oportunidad de comprar excelentes compañías a un precio razonable y en ello estamos en este momento...

Antonio López Silvestre (Finanzas)
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