Una bola de nieve llamada gestión pasiva
La inversión vinculada a índices crece a tal ritmo que los supervisores advierten de su impacto en los mercados
Con datos facilitados por la gestora BlackRock, el patrimonio total de los fondos cotizados alcanzó a cierre del pasado año los 7,86 billones de dólares. Y el fondo cotizado más grande del mundo mueve nada menos que 250.000 millones de dólares. Actualmente, representan algo menos del 30% del total de fondos de inversión cuando en 2008 eran el 10%.
Las ventajas de esta forma de inversión son bastante evidentes: unas comisiones muy inferiores a los fondos de gestión activa y la posibilidad para el inversor de diversificar entre compañías, emisiones de bonos, y en todo el mundo si se desea. Pero su cada vez más abultado volumen abre incógnitas sobre cómo esta forma de invertir puede afectar a los mercados y, por tanto, a la liquidez, la formación de los precios, o a la propia eficiencia de las inversiones...