Ayudar a proteger el medio ambiente rentabilizando su inversión

21/09/20 - Análisis Fondos de inversión y Sociedades

La Unión Europea (UE) ha liderado el movimiento medioambiental global desde hace ya unos 40 años. Y lo ha hecho a través de políticas como el 7º Programa de Acción para el Medio Ambiente, el Paquete sobre Clima y Energía para 2030, la Estrategia Europa 2020 y el Programa de Investigación e Innovación Horizonte 2020. Estas y otras políticas comparten objetivos similares, buscando de diferentes formas equilibrar consideraciones sociales, económicas y ambientales. Poner en práctica y fortalecer estos programas de manera inteligente puede ayudar a expandir las fronteras científicas y tecnológicas en Europa, crear puestos de trabajo y mejorar la competitividad, con enfoques comunes para resolver problemas compartidos que los hacen rentables desde el punto de vista económico.

Lo que está claro, sin embargo, es que la transformación de sistemas clave como transporte, energía, vivienda y sistemas de alimentación son clave para conseguir esta transformación a largo plazo. Tendremos que encontrar formas de hacerlos fundamentalmente sostenibles, descarbonizándolos, haciéndolos mucho más eficientes, y más compatibles con los ecosistemas. También será necesario el rediseño de los sistemas que han dirigido estos sistemas de aprovisionamiento y han creado bloqueos insostenibles: finanzas, fiscal, salud, legal y educación.

Este proceso transformador abre un amplio abanico de oportunidades para los inversores, a través de compañías cuya actividad está impulsando y facilitando el paso a un medio ambiente más limpio y sostenible. La inversión indirecta a través de un fondo de inversión es una vía más adecuada para el inversor individual, ya que ofrece una mayor diversificación y, por tanto, un menor riesgo que la inversión directa en compañías cotizadas en Bolsa.

La categoría sectorial VDOS de Ecología engloba los fondos que, según su definición, invierten su cartera en energías renovables, en protección del medio ambiente y en cambio climático. Su rentabilidad media en el año es de 7,26 por ciento.

Se han seleccionado los fondos de esta categoría que, con calificación cinco y cuatro estrellas de VDOS, se sitúan entre los más rentables desde el pasado enero. De este grupo de fondos, el más rentable en el año es MULTIPARTNER SICAV - ROBECOSAM SMART ENERGY con una revalorización de 8,32 por ciento en su clase N en euros. En el último periodo anual su rentabilidad es de 16,91 por ciento, con un dato de volatilidad de 23,25 por ciento. Su MSCI Rating ASG es de A. Invierte en acciones de empresas que proporcionan soluciones competitivas y sostenibles para la creciente demanda de un suministro de energía fiable, limpio y asequible. Ofrece a sus partícipes un potencial de crecimiento a largo plazo, beneficiándose de la transición a nuevas formas de producción, distribución y gestión de la energía, invirtiendo en los líderes tecnológicos e innovadores de esta revolución global. Sus mayores posiciones incluyen acciones de II-VI INC (4,96%) ON Semiconductor Corp (4,88%) Xilinx Inc (4,65%) Marvell Technology Group (4,06%) y Maxim Integrated Products Inc (3,79%). Aplica a sus participes una comisión fija de 0,75 por ciento y de depósito de 0,30 por ciento.

Denominado en dólares, la clase A de distribución de LEGG MASON CLEARBRIDGE US EQUITY SUSTAINABILITY LEADERS gana un 4,60 por ciento por rentabilidad desde enero. A un año se revaloriza un 11,33 por ciento, con una controlada volatilidad de 19,30 por ciento, que lo posiciona entre los mejores de su categoría por tal concepto, en el quintil cinco, con una calificación A de MSCI Rating ASG. El fondo sigue una política de inversión ESG, invirtiendo en una cartera concentrada de empresas, principalmente de Estados Unidos. Toma como referencia de gestión el índice Russell 3000, incluyendo entre sus mayores posiciones acciones de Microsoft Corp (6,97%) Apple Inc (6,77) Costco Wholesale Corp (2,85%) Alphabet Inc (2,81%) y Danaher Corp (2,56%). La inversión mínima requerida para suscribir este fondo es de 1.000 dólares (aproximadamente 844 euros) aplicando a sus participes una comisión fija de 1,20 por ciento y de depósito de 0,15 por ciento.

Con calificación cuatro estrellas de VDOS y MSCI Rating ASG de AA, la clase C de acumulación en euros de SCHRODER ISF GLOBAL CLIMATE CHANGE EQUITY obtiene una rentabilidad de 14,38 por ciento en el año y de 20,25 por ciento en el último año, con un dato bastante controlado de volatilidad de 21,26 por ciento, que lo posiciona en el segundo mejor grupo de su categoría por tal concepto, en el quintil cuatro. Invierte en compañías globales se benefician de los esfuerzos realizados para acomodar o limitar el impacto del cambio climático globalmente. El gestor cree que las empresas que reconocen las amenazas y aceptan los desafíos en una etapa temprana, o que forman parte de la solución a los problemas relacionados con el cambio climático, en última instancia se beneficiarán de un crecimiento estructural a largo plazo que está infravalorado por el mercado. Esperan que estas empresas tengan un comportamiento superior una vez que el mercado reconozca esta dinámica de mayor fortaleza en el crecimiento de sus ganancias. Las mayores posiciones en su cartera están representadas por acciones de Amazon.com Inc (4,10%) Danaher Corp (3,60%) Vestas Wind Systems A/S (3,40%) Siemens Gamesa Renewable Energy SA (2,90%) y Alphabet Inc (2,90%). La suscripción de la clase C de acumulación en euros de este fondo supone una aportación mínima de 1.000 euros, gravando a sus participes soportan una comisión fija de 0,75 por ciento y de depósito de 0,30 por ciento.

A pesar de las mejoras medioambientales de las últimas décadas, los desafíos medioambientales a los que se enfrenta Europa hoy en día son considerables. El capital natural europeo se ve degradado por actividades socioeconómicas como la agricultura, la pesca, el transporte, la industria, el turismo y la expansión urbana. Y las presiones mundiales sobre el medio ambiente han crecido a un ritmo sin precedentes desde la década de 1990, impulsados sobre todo por el crecimiento económico y demográfico, y los cambios en los patrones de consumo.

Al mismo tiempo, una mayor comprensión de las características de los desafíos medioambientales de Europa y su interdependencia con los sistemas económicos y sociales en un mundo globalizado, han traído consigo un reconocimiento cada vez mayor de que los enfoques existentes en cuanto a conocimiento y gobernanza son inadecuados para hacer frente a estos desafíos.

P.M. (quefondos.com)