'Optimal Income' de M&G

03/05/13 - Análisis Fondos de inversión y Sociedades

Con una perspectiva de cinco años, el fondo de la categoría VDOS mixto flexible que obtiene los mejores resultados es M&G Optimal Income Fund, con una revalorización en su clase A de capitalización en euros, con cobertura, del 71,67%.

M&G Optimal income
 
 

 

Para alcanzar su objetivo de proporcionar un rendimiento total, se basa en la exposición a flujos de ingresos óptimos en los mercados de inversión, combinando la asignación estratégica de activos con la selección de valores específicos. Invierte al menos un 50% en instrumentos de deuda, aunque puede invertir en otros activos, incluyendo planes de inversión colectiva, instrumentos del mercado monetario, liquidez, depósitos, acciones y derivados. Los instrumentos derivados se podrán utilizar tanto para fines de inversión como de gestión efectiva de la cartera.

Es un fondo diseñado para obtener un buen comportamiento en diversas condiciones de mercado. Se concentra en buscar un flujo de ingresos óptimo y continuado a lo largo del ciclo económico, con un enfoque flexible que le permite invertir en el universo de renta fija sin restricciones.

El gestor del fondo es Richard Woolnough. Se incorporó a M&G en enero de 2004, gestionando actualmente los fondos M&G Corporate Bond Fund y M&G Strategic Bond Fund, además del M&G Optimal Income Fund. Richard comenzó su carrera en Lloyds Merchant Bank en 1985, pasando a Assicurazioni Generali dos años más tarde y SG Warburg más adelante. En 1995 se incorporó a Old Mutual como gestor. Richard es Licenciado en Económicas por la London School of Economics.

El nombre del fondo deriva del objetivo que el gestor se marca de adquirir aquellos activos que, de forma agregada, proporcionan el flujo de ingresos continuados más atractivo. Todos los activos representan flujos de ingresos futuros para sus partícipes, con el denominador común de combinar duración y riesgo de crédito, distribuyéndose de acuerdo con las expectativas que el gestor tenga para ambos.

Por ejemplo, los activos de larga duración son atractivos cuando se espera que los bancos centrales recorten los tipos de interés, al objeto de prevenir una recesión económica y posible deflación. Si, adicionalmente, las empresas también pasan por un mal momento, los inversores no desearán mantener riesgo de crédito en sus carteras. El Japón de los años 90 es un buen ejemplo de esta situación. En un escenario de elevado crecimiento y baja inflación, los inversores probablemente querrán estar invertidos tanto en duración como en riesgo de crédito. Sin embargo, si el crecimiento es fuerte y la inflación está fuera de control, los flujos de ingresos a largo plazo dejan de ser atractivos, pero las compañías mantienen su atractivo, por lo que se mantiene la demanda del riesgo de crédito. Si la economía está en recesión y las empresas tienen dificultades, pero la inflación va en aumento, tanto duración como riesgo de crédito pierden atractivo, por lo que los inversores previsiblemente preferirán mantenerse en liquidez.

En términos de riesgo de crédito y de tipo de interés, los fondos que invierten únicamente en bonos del gobierno, bonos corporativos investment grade o bonos corporativos de elevada rentabilidad, cuentan con una flexibilidad limitada. M&G OPTIMAL INCOME FUND cuenta con la ventaja de invertir en todas estas clases de activo.

Un primer análisis macro top-down evalúa las expectativas de crecimiento económico, inflación y tipos de interés. Esta visión global, unida a factores bottom-up, como nivel de los diferenciales de crédito y perspectivas para las tasas de impago, forman su opinión al identificar donde reside el valor relativo entre los diversos tipos de activo de renta fija. Para la selección de los activos individuales, el gestor cuenta con el apoyo de un equipo de analistas de la casa, que cubre los mercados de investment grade y high yield en euros y libras esterlinas, con una experiencia notable en analizar compañías del sector financiero. Los analistas de crédito se focalizan en los riesgos de negocio –dirección, posición en el mercado y estrategia de producto -financiero-, flujos de caja, deuda, margen de beneficio, estructura del bono y garantías.

Basado en este análisis, se asignan calificaciones de crédito de M&G a la mayoría de los bonos corporativos en euros y dólares –más de 700 emisiones– y a todos los incluidos en la cartera del fondo. Dos veces al año, se hace una revisión formal y completa por sector, de forma interactiva, proporcionando al gestor una visión de las expectativas para todos los sectores del mercado.

Las mayores posiciones en cartera corresponden a Lloyds Banking (1,90%); Granite Master Issuer (1,70%); EDF Energy (1,10%); Germany (1,10%) y HSBC (1,10%), distribuyendose las mayores ponderaciones por zona geográfica, entre Reino Unido (48,10%), Estados Unidos (14,90%), Francia (5,70%), Holanda (5,70%) y Alemania (4,80%). Por calificación crediticia, el mayor porcentaje es para BBB (25,30%), seguido de AA (22,60%), B (15,70%), A (14%) y sin calificar (10,50%).

La historia de rentabilidades del fondo lo posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, en los periodos a dos, tres y cinco años. También entre los mejores, en el quintil cinco, se sitúa por volatilidad tanto a tres años, con un dato de 4,98%, como en el último año, en que registra un 3,07%. En este periodo, su Sharpe es de 3,14% y su Tracking error, respecto al índice de su categoría, de 3,40%. La inversión en este fondo requiere una aportación mínima de 1.000 euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija de 1,25% y de depósito de hasta 0,0075%.

De acuerdo con el equipo gestor, los acontecimientos vividos en Europa durante los últimos años han demostrado que, en periodos de tensión, es perfectamente razonable que algunas empresas emitan deuda a tipos inferiores a los de sus gobiernos respectivos. Esto implica que debemos ser tan cuidadosos al invertir en deuda soberana como hemos sido siempre al invertir en deuda corporativa. La deuda soberana debe ahora analizarse desde la perspectiva de su riesgo de crédito, más que de su riesgo de duración, como había sucedido históricamente. El continuado proceso de globalización parece estar reduciendo el poder del estado e incrementando el de las corporaciones. Este podría ser un impulsor a largo plazo del cambio de relación entre los tipos de interés de los bonos del gobierno y emisiones no gubernamentales. Aunque los diferenciales de crédito se han estrechado significativamente desde su amplitud máxima a principios de 2009, son aún elevados.

Si, tal como se espera, la globalización continúa, el equilibrio de poder entre empresas y estado puede variar aún más. Es bastante posible que muchas empresas tengan potencial de cotizar a márgenes más estrechos que la deuda soberana en el futuro. Si esto sucediera, podríamos ver los diferenciales de los bonos corporativos, con grado de inversión, reducirse incluso más allá de los que lo hicieron antes de la crisis financiera.

Paula Mercado (Cotizalia)
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