Fondos con rentabilidad objetivo: ¿qué son y por qué se los quiere vender su banco?

17/02/14 - Noticia Fondos de inversión y Sociedades

¿Le va a vencer su depósito? ¿Tal vez el garantizado en el que invirtió hace unos años? Cuando acuda a su banco para ver qué hace con su dinero a buen seguro le hablarán de los fondos con rentabilidad objetivo. Es el producto de moda en los escaparates bancarios y el último éxito de la factoría financiera. Estos fondos están llamados a ocupar el hueco que parecen abocados a dejar los fondos garantizados y también de los depósitos.

Los datos de entradas y salidas de dinero en los últimos seis meses en unos y otros productos así lo corroboran. El paralelismo es absoluto desde el pasado mes de octubre y así, euro que sale de un fondo garantizado entra casi con toda seguridad en uno con rentabilidad objetivo. Su composición es casi idéntica, pero sus condiciones no lo son. A diferencia de sus antecesores, los productos objetivo, que comenzaron a comercializarse desde finales de 2012, no garantizan un rendimiento determinado al inversor.

Ese matiz, que no son un producto garantizado, es el que los asesores financieros y la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han insistido en reseñar. El pasado mes de julio el supervisor emitió un comunicado en el que exigía a estos fondos que aclararan que su rendimiento no está asegurado. De hecho, esta misma semana el supervisor europeo ESMA advertía de los riesgos de invertir en productos complejos y hacía referencia, entre otros, a aquellos que no garantizan su rentabilidad. A pesar de ello, las redes comerciales de las entidades trabajan a plena potencia para ponerlos en manos de los ahorradores más conservadores. “Su denominación puede inducir a error porque el objetivo no siempre puede cumplirse”, afirma Martin Huete, director general adjunto de Caja España Fondos, ya que estos productos “se comprometen a alcanzar un umbral de rentabilidad pero nada les obliga a ello”.

Enfoque conservador sin garantía alguna

El negocio está servido. En un escenario en el que la rentabilidad de los depósitos está bajo mínimos, con la mayoría de las ofertas por debajo del 2% TAE, y en un año con amplios vencimientos de garantizados (14.400 millones según datos de VDOS Stochastics, de los cuales 5.600 tienen fecha de caducidad en el primer trimestre) el objetivo rentabilidad se postula como el gancho perfecto para retener el ahorro conservador. Un producto con mínimas necesidades de gestión y sin el coste que exige la garantía para la entidad comercializadora que se vende como si fuera tan seguro como un depósito bancario o un fondo garantizado. No es así...

Javier Checa (Cotizalia)
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