Los daños colaterales de la reforma de pensiones
La reforma de las pensiones públicas está en su recta final legislativa y todos nos hemos hecho a la idea de cómo nos afectará. No somos los únicos. Si nos referimos a planes colectivos, algunas empresas que los ofrecen a sus trabajadores se han puesto a temblar.

Y es que la entrada en vigor de esta reforma generará impactos directos tanto en materia de previsión social como en las políticas de gestión de personas que en adelante habrán de desarrollar las organizaciones empresariales, cuestiones que recientemente se abordaron en una jornada de trabajo organizada por la APD, Mercer y VidaCaixa.
La primera consecuencia de la reforma son los cambios jurídicos que habrá que afrontar para adecuar los convenios y acuerdos colectivos, reglamentos, contratos de seguro o los contratos laborales. Y estos tendrán un impacto social importante, ya que "habrá que negociar con los representantes de los trabajadores y comisiones de control las modificaciones en planes de pensiones o seguros de jubilación, los compromisos adquiridos en convenios colectivos y otro tipo de acuerdos", adelantan desde Mercer.
"Menos del 10% de la población laboral está cubierta por una póliza de seguro colectivo o un plan de pensiones de empleo", calcula Carlos Lorenzo, director de empresas de VidaCaixa; sin embargo, "es imprescindible que se desarrolle el segundo pilar a través de la negociación colectiva y que se analicen en profundidad soluciones ya comentadas anteriormente en nuestro país, como el desarrollo de los planes sectoriales o planes específicos para pymes".
En cualquier caso, no se puede hablar de un impacto económico claro para las empresas. Hay que examinar caso a caso. En un plan de aportación definida quizá no repercuta, ya que la empresa aportará durante dos años más, pero el trabajador también va a seguir en activo durante ese periodo. Por el contrario, si la empresa se comprometió a revisar el plan para lograr un objetivo dado, por ejemplo, conseguir que entre la pensión pública y el plan de empresa se cubriese el 70% del último salario, ahí sí puede haber un impacto económico para la compañía, que tendrá que aportar más si pensamos que la pensión pública va a ser menor.
Por otra parte, "hay que pensar que si el trabajador se jubila dos años más tarde, también cobrará la pensión complementaria durante dos años menos", reflexiona Begoña Benito, consejera de la consultora Mercer.
En donde el efecto es previsible es en los denominados premios de jubilación, recogidos en muchas empresas españolas en sus convenios colectivos. Estos premios consisten habitualmente en un número determinado de mensualidades de salario pagaderas al trabajador en caso de jubilación, creciendo la cuantía del premio en función del número de años con que se anticipe su salida. Y ahora, la reforma añade nuevos supuestos para que un trabajador de cierta edad pueda optar por jubilarse anticipadamente. Por ejemplo, a partir de los 61 años en el caso de que la empresa esté en crisis o con 63 años con el único requisito de que haya cotizado 33 años. De ahí que gente que antes no se beneficiaba de estos premios, ahora podrá hacerlo, con el impacto económico y contable consiguiente para las compañías.
Ante el nuevo panorama, "implantar nuevos sistemas de previsión social es difícil, pero se terminará haciendo", asegura Benito. En este sentido, menciona los planes de previsión social empresarial, "que no requieren tanta inversión y su implantación es más sencilla". Este instrumento lo comercializa una compañía aseguradora, por tanto, es una póliza de seguro colectivo, con el tratamiento fiscal de un plan de pensiones. Se aprobaron en España en 2007 pero no se han desarrollado suficientemente.
"En VidaCaixa también pensamos que se va a producir una tendencia de desarrollo de productos con la prestación en forma de renta, todo ello teniendo en cuenta que son las garantías que mejor se adaptan a la complementariedad de la pensión de Seguridad Social y que reduce para el asegurado el riesgo de inversión y longevidad", afirma Lorenzo.
Efectos
A revisar
-Cambios jurídicos: las compañías tendrán que negociar con los representantes de los trabajadores las repercusiones de la reforma.
-Impacto económico: habrá que revisar caso a caso para calcular a qué parte afecta, si al trabajador o a la empresa.
-Premios de jubilación: ahora será más fácil prejubilarse, por lo que más trabajadores tendrán derecho a esos bonus.
2,17 millones de trabajadores
La contratación de fondos privados voluntarios resulta relativamente baja, sobre todo en el ámbito de las empresas, si nos comparamos con Europa. Aun así, en España existen 2,17 millones de trabajadores activos con estos complementos, que en 2010 sumaban 1.903 planes de pensiones empresariales, o sistemas de empleo, según datos de la asociación Inverco.
El patrimonio llegó a los 31.238 millones, tras la aportación neta de 330 millones. En cuanto a la rentabilidad, se sitúa por encima de la media, con un 6,26% a 20 años, frente al 5,28% de todos los fondos.
Para mejorar su implantación, "se necesitan medidas contundentes como la que se ha planteado en Reino Unido. A partir del año 2012 las empresas tienen que incorporar a todos los trabajadores en un sistema de previsión social complementario con una aportación del 3% del salario", resalta Carlos Lorenzo, responsable de empresas de VidaCaixa.
Pero donde la situación es especialmente desalentadora es en el caso de las pequeñas y medianas empresas españolas. De hecho, todos los agentes implicados coinciden en la necesidad de impulsar la previsión social en el ámbito de las pymes.