La sopa de letras de las pensiones
Es clave saber qué producto encaja mejor para complementar su jubilación.
La búsqueda del más adecuado plan de jubilación se enmaraña en un revuelo de productos financieros con siglas como PP, PPA, PIAS, SIALP o CIALP que, como reconoce Belén Alarcón, responsable del departamento de planificación financiera de Abante, desconcierta, cuando menos, un poco. “Suena complicado y aparece un cierto temor justificado a no entender bien qué se compra para el futuro”. Tras este maremágnum de siglas, hay, sin embargo, productos financieros especialmente adecuados para complementar las pensiones públicas. “Cada uno de ellos con sus ventajas e inconvenientes, que deben conocerse para evitar errores”, subraya Juan Fernández Palacios, consejero delegado de Mapfre Vida.
Los PP y PPA son en realidad Planes de Pensiones y Planes de Pensiones Asegurados. Entre ellos se diferencian en que mientras los primeros dan la posibilidad de jugar con la rentabilidad y el riesgo (se puede elegir entre una multitud de opciones); los segundos garantizan una rentabilidad mínima, por lo que se dirigen a inversores de perfil más conservador. “Ambos productos tienen una ventaja fiscal en origen: las aportaciones (hasta 8.000 euros) que en ellos se hacen, reducen los impuestos a pagar en la declaración anual de renta (IRPF). De ahí que inicialmente resulten más beneficiosos para las personas con rentas más elevadas”, explica Carlos Herrera Ventura, socio fundador de EFPA España. Desde Bankia añaden que los PP y PPA tienen más flexibilidad que otros productos a la hora de hacer aportaciones: “dan la posibilidad al cliente de ir realizando aportaciones periódicas, en los plazos elegidos y desde pequeños importes”. Incluso añaden otra ventajas sobre sus competidores: “los partícipes de planes de pensiones pueden traspasar sus posiciones de un plan a otro en cualquier momento, permitiendo modular el tipo de inversión (renta fija, variable, gestión alternativa,…)”.
“Más vale pájaro en mano que ciento volando, se dicen muchos particulares tentados de suscribir planes de pensiones guiados únicamente por sus ventajas fiscales inmediatas. Es un error: no el hecho de suscribir este producto, que puede ser el adecuado, sino el hacerlo con el único leitmotiv de ahorrarse impuestos hoy aunque haya que pagarlos mañana al recuperar esa inversión”, asegura Palacios, “Se trata de buscar la rentabilidad financiera y solo después añadirle la componente fiscal”...