Renta disponible y presupuesto, para gestionar sus finanzas

22/07/20 - Análisis Fondos de inversión y Sociedades

Seguramente le suenen términos como ingresos netos, ingresos brutos e ingresos disponibles, sin conocer con exactitud el significado de cada uno de ellos y la forma en que se relacionan con su salud financiera. Puede que en principio no parezca necesario conocerlos, pero, si no es así, ¿cómo puede hacer un presupuesto realista?

Para entender qué es la renta disponible es también importante entender cómo se diferencia de los ingresos discrecionales y cómo hacer un presupuesto con eficacia.

La renta disponible es el dinero que le queda después de haber pagado sus impuestos, o salario neto. La renta disponible también tiene importancia económica. No sólo es uno de los principales determinantes del gasto de los consumidores, sino que también es uno de los determinantes de la demanda. Representa cuántos bienes y servicios se compran a varios precios durante un período determinado. La renta disponible de un hogar puede ayudar a determinar cuánto dinero gasta en bienes y servicios.

Pero no gaste todos sus ingresos disponibles todavía. La renta disponible no debe confundirse con la renta discrecional, que va un paso más allá y representa la cantidad de salario que queda de su renta disponible después de haber efectuado los pagos que sean necesarios para cumplir con las facturas actuales (alquiler, hipoteca, atención médica, transporte y ropa). Los ingresos discrecionales se pueden utilizar para actividades como comer fuera, invertir, viajar o cualquier otra partida o gasto no esencial. Es ese dinero que se puede gastar en cosas que no son necesarias, sabiendo que los gastos fundamentales están cubiertos.

Es importante presupuestar los ingresos disponibles. Si bien existen varios tipos de sistemas de presupuesto (la regla 50/30/20, el sistema de sobres, el método 80/20), un presupuesto tradicional o incluso el método ‘pagarse primero uno mismo’, la elección de un método concreto dependerá de las circunstancias y preferencias personales. Sea honesto consigo mismo porque no tiene sentido tener un presupuesto que no tiene intención de respetar o que no es realista para su estilo de vida o su situación actual.

Antes de elegir un presupuesto, conviene tener en cuenta algunas cuestiones: si es titular de una tarjeta de crédito, si le gusta acumular sus ahorros o prefiere invertir el dinero adicional y sólo mantener el mínimo dinero en efectivo, si su carácter es de ahorrador o gastador, con qué frecuencia come fuera de casa, si le gusta viajar o es de los que disfruta de su casa, si tiene gustos caros o es más bien frugal en sus compras.

Algunos expertos dicen que sus necesidades (pago de alquiler o hipoteca, alimentos, impuestos) deben representar solo el 50 por ciento de su presupuesto, mientras que los gastos discrecionales deben representar el 30 por ciento o menos. El 20 por ciento restante debe utilizarse para otras metas financieras, como pagar deudas, ahorrar o invertir. (Regla 50/30/20).

Una vez que decida sus prioridades financieras, puede encontrar el presupuesto que mejor se adapte a sus necesidades. Y al completar su presupuesto, no olvide incluir entretenimiento (conciertos, teatros) regalos o cuotas anuales que, si se pasan por alto, pueden hacer naufragar el presupuesto.

Si al terminar el presupuesto no consigue alcanzar los objetivos que esperaba, puede ser el momento de reevaluar sus hábitos de gasto y recortar donde pueda. Pruebe con una hoja de cálculo que le ayude a priorizar lo que necesita y lo que podría hacer sin recortar el gasto discrecional. Algunas modificaciones podrían incluir: combinar viajes recurrentes para ahorrar dinero en gasolina, dejar de salir a comer fuera o limitar las salidas, pagar las deudas tan pronto como sea posible para ahorrar dinero en intereses o reducir las facturas de acceso a Internet seleccionando un proveedor más barato.

Probablemente hay algunos elementos de gasto discrecional que podría recortar sin problema. Como, por ejemplo, la cuota de un gimnasio que nunca utiliza, una manicura/pedicura quincenal o un tratamiento de spa, suscripciones a revistas o películas y series en streaming, cuotas a sociedades profesionales o clubs e incluso regalos navideños.

P.M. (quefondos.com)