Inversión en temáticas de crecimiento a largo plazo, con Jupiter AM Ltd

26/12/20 - Análisis Fondos de inversión y Sociedades

Europa es una de las regiones económicas clave del mundo. En ella se sitúan muchas empresas líderes a nivel mundial, pero también un buen número de compañías especializadas de pequeño y mediano tamaño. La renta variable europea tiene por tanto un lugar en cualquier cartera bien diversificada.

Optar por la inversión en empresas europeas refleja la creencia de que los gestores experimentados y activos pueden identificar y explotar las oportunidades que se encuentran en esta región grande y diversa. En ella pueden encontrarse líderes mundiales en sectores como salud, artículos de lujo y bienes de consumo. Son compañías europeas por su tradición, pero además están dejando huella globalmente y cuentan con valoraciones atractivas.

Puede por tanto tener sentido considerar la inversión en empresas cotizadas europeas de crecimiento a través de un fondo como JUPITER EUROPEAN GROWTH que en el año gana un 3,81 por ciento de rentabilidad en su clase D de acumulación en euros.

Encuadrado en la categoría VDOS de Renta Variable Internacional Europa, su objetivo consiste en lograr un crecimiento del capital a largo plazo mediante la explotación de oportunidades especiales de inversión en Europa. Selecciona para incluir en su cartera principalmente valores de renta variable con domicilio social en Europa, o que desarrollen la mayor parte de sus actividades económicas en Europa (incluyendo Reino Unido), y que el gestor de inversiones considere que están infravalorados o que ofrecen buenas perspectivas de crecimiento del capital.

Su estilo de inversión es Crecimiento de calidad (Quality Growth), tomando como referencia de gestión el índice FTSE World Europe.

El fondo está gestionado por Mark Heslop, Mark Nichols y Phil Macartney. Antes de su incorporación a Jupiter, MarK Heslop fue gestor de fondos en Columbia Threadneedle durante 11 años, gestionando las estrategias de compañías europeas de pequeño tamaño. Mark comenzó su carrera en el sector en Citi como analista. Es licenciado en Químicas por la Universidad de Durham y miembro de la Asociación Británica de Auditores de Cuentas.

A través de un proceso de análisis individual bottom-up, el equipo gestor busca compañías que sean capaces de obtener elevados retornos sobre el capital invertido de forma sostenible en el tiempo, con altas barreras de entrada, que puedan explotar las ineficiencias del mercado y se vean beneficiadas por temáticas de crecimiento a largo plazo. Serán compañías que tengan asimismo potentes y experimentados equipos directivos, cuyos intereses estén alineados con los de los accionistas.

El equipo gestor invierte en este tipo de compañías a largo plazo porque cree que su capacidad de generación de caja se verá eventualmente reflejada en la cotización de su acción. Las reuniones con el equipo directivo son clave para poder ser incluidas en la cartera del fondo. Quieren entender lo que motiva a los directivos de cada compañía y si sus intereses están alineados con los de sus accionistas.

En contra de la creencia de que los rendimientos de la renta variable se entienden mejor a nivel del negocio individual de cada compañía, los factores ambientales, sociales y de gobernanza de cada negocio (ESG) son una parte intrínseca del proceso de análisis e inversión. El equipo considera que estos son elementos importantes para la creación de valor sostenible a largo plazo.

La cartera final incluye entre sus cinco mayores posiciones acciones de Relx (7,11%) Dassault Systemes (5,95%) Adidas AG (5,89%) Edenred (5,44%) y Amadeus (5,20%). Por sector, las mayores ponderaciones corresponden a Industriales (22,34%) Salud (18,09%) Bienes de consumo (17,53%) Tecnología (15,08%) y Financiero (11,87%). Por país, Francia (26,60%) Holanda (17,30%) Reino Unido (10,90%) Alemania (10,90%) y España (8,40%) representan los mayores pesos en la cartera del fondo.

La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2017, 2018 y 2020, batiendo al índice de su categoría durante 2019. A tres años, su volatilidad es de 18,13 por ciento y de 19,52 por ciento en el último año, posicionándose en ambos periodos en el grupo de fondos menos volátiles de su categoría, en el quintil cinco. También a un año, su Sharpe es de 0,38 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, es de 7,03 por ciento. La inversión en la clase D de acumulación en euros de JUPITER EUROPEAN GROWTH requiere una aportación mínima de 1 millón de euros, aplicando una comisión fija de hasta 0,75 por ciento. Cuenta también con una clase más adaptada a inversores individuales, la clase L, cuya suscripción supone una inversión mínima de 1.000 euros y que aplica una comisión fija (o de gestión) de 1,50 por ciento.

El equipo gestor cree que las tres grandes cuestiones a las que habrán de enfrentarse los inversores durante los próximos meses son 1) El cambio del mundo tras el confinamiento 2) La incógnita sobre la evolución de los tipos de interés y 3) La cuestión de si la desglobalización puede perjudicar al universo de empresas en que invierten.

Aunque la mayoría de las actividades serán sustancialmente iguales después del confinamiento que antes de la pandemia, las personas y las empresas han aprendido que algunos de nosotros podemos trabajar eficazmente (y con costes bajos) desde casa, que adquirir productos y servicios por Internet es más sencillo que ir de tiendas y que podemos movernos libremente sin dinero físico en nuestras carteras. Estas tendencias se han acelerado con la crisis y redoblarán la presión sobre las empresas para adelantarse a esta ola de cambios. Consideran que la clave reside en centrarse en líderes de sus sectores que estén en una posición idónea para adaptarse a estos cambios y aprovechar las oportunidades.

Las repercusiones más importantes probablemente se originen en las respuestas de los gobiernos ante la crisis. El paro y la ingente acumulación de deuda probablemente sean dos herencias duraderas de 2020. Esperan que esto dé lugar a una ampliación plurianual de los estímulos monetarios reforzados (dinero barato) y a inversiones masivas en infraestructuras, dirigidas específicamente hacia la economía verde. Cabe esperar que las empresas ayuden a cuadrar las cuentas, especialmente en lo que se refiere a los tan denostados ‘contaminadores’ y las fuertemente politizadas empresas tecnológicas del sector del consumo.

Una cuestión importante es si los tipos de interés van a subir y cuáles podrían ser las consecuencias si lo hacen. Si bien no se atreven a predecir, sí que exponen las siguientes observaciones al respecto: el aumento del desempleo y el exceso de capacidad en la economía mundial probablemente limiten el potencial de los bancos centrales para estimular la inflación; además, el coste de la deuda tendrá que mantenerse en niveles bajos si los gobiernos quieren ser capaces de atender sus crecientes niveles de endeudamiento.

No obstante, un entorno de tipos de interés al alza probablemente diera lugar a más actividad económica e inflación. Si bien eso podría ser bueno para el contexto general de precios de las empresas, los productos indiferenciados seguirán viéndose obligados a competir en precio y tendrían dificultades para generar márgenes atractivos. Las fuerzas perturbadoras seguirán causando perturbaciones y se podría dejar morir a las empresas zombis. Un entorno de tipos de interés al alza alteraría el atractivo relativo de las empresas individuales en las que quieren invertir, pero no cambiaría el conjunto de empresas que quieren tener en cartera.

En su opinión, la fragmentación de la economía mundial es un factor netamente negativo para la prosperidad general de la humanidad. Creará ineficiencias en las cadenas de suministro, duplicidades de capacidad y una asignación del capital poco eficiente. Las inquietudes geopolíticas relacionadas con el auge y la creciente influencia de China y la viabilidad a largo plazo del proyecto europeo seguirán influyendo en la agenda política y podrían dar lugar a más políticas proteccionistas.

Sin embargo, no esperan un desmantelamiento completo del comercio mundial. Aunque la mayoría de las empresas en las que invierten venden sus productos y servicios fuera de sus fronteras, esperan que la mayoría de ellas estén relativamente protegidas frente a las interferencias políticas. Más importante aún es que creen que sus productos están diferenciados y son muy valorados por sus clientes. Además, los ingresos internacionales se generan o manufacturan en gran medida dentro de las fronteras nacionales. En los casos en los que las cadenas de suministro se vean sometidas a una creciente repatriación, piensan que es mejor estar del lado de las empresas que poseen el poder de fijación de precios necesario para repercutir la posible inflación de los costes.

La evolución del fondo por rentabilidad respecto al riesgo asumido, medido por su volatilidad, especialmente en los últimos tres años, hace a la clase D de acumulación en euros de - JUPITER EUROPEAN GROWTH merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.

 

P.M. (quefondos.com)