Compañías que ayudan a la transición hacia una economía baja en carbono, con Schroder

10/09/21 - Análisis Fondos de inversión y Sociedades

La pandemia del COVID-19 ha puesto de relevancia la fragilidad de la existencia humana. Si no tomamos medidas ahora contra el cambio climático, el daño podría ser aún mayor y más duradero que los efectos de la pandemia. Las decisiones que se tomen ahora son cruciales para dar forma al futuro de las personas y el planeta. No debemos volver a la vieja normalidad.

En esta tarea, no sólo los gobiernos, que en su mayor parte se han comprometido con este importante cambio, sino también el sector privado, pueden ser de gran ayuda liderando iniciativas para responder al cambio climático. Las empresas con alcance nacional, regional o global pueden desarrollar estrategias para hacer frente a las consecuencias inmediatas y a largo plazo del cambio climático en los países donde tienen operaciones, cadenas de suministro, empleados o clientes.

Shroders es una de las gestoras que identificó en esta temática una oportunidad de inversión ya en 2007, con su fondo SCHRODER ISF GLOBAL CLIMATE CHANGE EQUITY un fondo temático gestionado activamente que capta oportunidades en todo el mundo, invirtiendo en empresas que, a juicio del equipo gestor, se verán afectadas positivamente por los esfuerzos de transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. La clase C de acumulación en euros de este fondo obtiene en el año una rentabilidad de 18,37 por ciento, el más rentable de su categoría, sectorial VDOS de Ecología. Toma como referencia de gestión el índice MSCI World.

El gestor principal del fondo es Simon Webber. Se incorporó al equipo de gestión de Schroder en 1999 como analista en el área de Tecnologías Globales y al equipo estadounidense, antes de ser nombrado especialista global en telecomunicaciones y consumo discrecional. En 2006, Simon empezó a desarrollar la filosofía y el universo de inversión que hay tras la estrategia del SCHRODER ISF GLOBAL CLIMATE CHANGE EQUITY, gestionando el fondo con el resto del equipo desde su lanzamiento. Gracias a la experiencia que atesora en tecnología, empresas de servicios públicos y bienes de consumo, es la persona idónea para evaluar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías para afrontar el cambio climático, así como el comportamiento de unos consumidores cada vez más concienciados con este problema. Simon estudió Física en la Universidad de Manchester, y es titular de un CFA.

El universo de inversión del fondo incluye aquellas empresas cuyas perspectivas a largo plazo se verán positivamente afectadas por los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a él. Para definirlo se consideran 5 aspectos clave: energía limpia, transporte sostenible, recursos medioambientales, liderazgo en bajas emisiones de carbono y eficiencia energética.

El equipo de Global Climate Change trabaja con el equipo de análisis de renta variable de Schroder y adopta un enfoque ascendente con respecto a la selección de valores. También utilizan el análisis en materia medioambiental, social y de gobernanza de su equipo de sostenibilidad y las capacidades de análisis de datos de su unidad de Data Insights. La cartera se compone de 40-70 valores que se ponderan en función de sus expectativas de rentabilidad ajustada al riesgo. Los valores con un potencial de revalorización relativamente superior, un perfil de riesgo fundamental más bajo y mayor liquidez tendrán una mayor ponderación activa en la cartera.

La gestora se involucra activamente en las empresas de la cartera para fomentar una comunicación transparente y mejoras en materia medioambiental, social y de gobernanza. Valoran las cuestiones sometidas a votación y emiten su voto conforme a sus responsabilidades fiduciarias hacia sus clientes. Votan sobre todas las resoluciones salvo que no se les permita hacerlo. Según datos de VDOS, la gestora integra los criterios ASG en su gestión, con especial énfasis en el factor Ambiental.

La cartera final incluye entre sus mayores posiciones acciones de Alphabet Inc (4,60%) Microsoft Corp (3,70%) Amazon.com (2,70%) Lowe’s Cos (2,30%) y Texas Instruments (2,30%). Por sector, Industrial (33,20%) Tecnología de la Información (19,80%) Consumo discrecional (13%) Materiales (9,60%) y Suministros públicos (8,01%) representan las mayores ponderaciones, mientras que por país corresponden a Estados Unidos (42,50%) Japón (9,60%) Reino Unido (8,40%) Alemania (5,20%) y España (4,60%).

Por rentabilidad, la evolución histórica de la clase C de acumulación en euros de SCHRODER ISF GLOBAL CLIMATE CHANGE EQUITY se posiciona entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2017 y 2018, batiendo al índice de su categoría en 2020. A tres años, su volatilidad es de 22,41 por ciento y de 12,71 por ciento en el último año. También a un año, registra una ratio Sharpe de 3,36 y un tracking error, respecto al índice de su categoría, de 5,86 por ciento. Aplica a sus partícipes una comisión fija de 0,75 por ciento y de depósito de hasta 0,30 por ciento, siendo necesaria una aportación mínima de 1.000 euros para suscribir de la clase C de acumulación en euros de este fondo.

La manera en que el equipo gestor asigna el capital no solo determina los beneficios financieros que pueden lograr, sino también el tipo de impacto que provocan en el mundo. Estas empresas pueden ejercer un impacto positivo en el medio ambiente. Es más, sus modelos de negocio son más sólidos y están mejor posicionados para apoyar el crecimiento a largo plazo.

El impulso de la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono se está acelerando rápidamente. El motor más importante ha sido la espectacular mejora de la competitividad de las tecnologías limpias, hasta el punto de que requieren poca o ninguna subvención para competir con las tecnologías de los combustibles fósiles. Sin embargo, también se está produciendo un impulso del apoyo gubernamental, liderado por la Unión Europea (UE), con objetivos muy ambiciosos de reducción de emisiones para 2030. Además, el Green Deal de la UE canaliza al menos una cuarta parte de los 750.000 millones de euros del paquete de recuperación hacia iniciativas de descarbonización.

La positiva evolución del fondo, especialmente en los últimos tres años, tanto por rentabilidad como por volatilidad, respecto al resto de fondos de su categoría, le hace merecedor de la máxima calificación VDOS de cinco estrellas.

P.M. (quefondos.com)